En base a los últimos datos estadísticos de la FAO /USDA, y tal y como recoge en un reciente informe el Earth Policy Institute ( http://www.earth-policy.org/plan_b_updates/2013/update114 ), en 2011 tuvo lugar un hito histórico sin precedentes en la producción de alimentos para consumo humano. Por primera vez en la historia moderna, la producción acuícola mundial superó la producción de carne de vacuno. Esta diferencia se amplió en 2012, cuando la producción acuícola mundial alcanzó un récord de 66 millones de toneladas producidas, en comparación con la producción de carne de vacuno que alcanzó las 63 millones de toneladas. Parece perfectamente posible que 2013 puedaconvertirse en el primer año en que el consumo mundial de pescado de acuicultura supere al consumo del pescado procedente de la pesca. Y más que un mero apunte estadístico, estas tendencias ilustran la última etapa de un cambio histórico en la producción de alimentos para consumo humano: un cambio que, en esencia, indica que hemos alcanzado los límites de la productividad natural.
La conclusión es que parece improbable conseguir muchos más alimentos en base a la productividad natural. Gran parte de las zonas de pastoreo más importantes del mundo se encuentran al límite o por encima de su capacidad de explotación, y la mayoría de las pesquerías están sobreexplotadas.El exceso de pastoreo conlleva la pérdida de vegetación y la degradación del suelo. Si bien los efectos de la sobreexplotación pesquera resultan menos visibles, el análisis histórico de las pautas de pesca revela que cada vez se requiere un mayor esfuerzo para lograr el mismo nivel de capturas. El incremento del consumo energético en las flotas pesqueras, que precisan de mayores desplazamientos para acceder a caladeros cada vez más distantes, en aguas más profundas y sobre especies cada vez menos conocidas, explica la situación próxima al colapso que experimentan la mayoría de las pesquerías comerciales.
La clave de una buena política pesquera es la sostenibilidad de los recursos naturales. Pero la producción animal necesita de aportes, insumos o consumibles como los piensos y cereales. Se requieren 7 Kg de alimento para la producción de 1 Kg de carne de vacuno. Es el doble de lo que se requiere en la producción porcina, y el triple de lo necesario en la producción avícola. La producción piscícola es aún mucho más eficiente, necesitándose menos de 2 Kg de alimento por cada Kg producido. Esto explica parcialmente el que, a pesar de que la carne de cerdo y de pollo son las formas más ampliamente consumidas de proteínas animales en todo el mundo, la producción de peces de cultivo está aumentando con mayor rapidez. Las tasas medias de crecimiento anual en los últimos cinco años han reflejado la eficiencia relativa de la alimentación animal, con la producción global de pescado cultivado registrando un crecimiento cercano al 6 por ciento anual, las aves de corral un 4 por ciento, el porcino un 1,7 por ciento, superando rápidamente a la producción de vacuno, que apenas ha aumentado.