Un equipo de investigación predominantemente francés, liderado por Yann Guiguen (INRA), publica en la edición de Abril de Nature Communications la secuencia y estructura del genoma de la trucha arcoiris. Se trata de un acontecimiento de gran relevancia para una especie emblemática de la acuicultura mundial, históricamente una de las la primeras en ser domesticada por el ser humano.
La secuenciación del genoma de la trucha, conseguida por un grupo de aproximadamente treinta investigadores, abre nuevas posibilidades para el cultivo de esta especie oriunda de la costa pacífica norteamericana. La acuicultura de la trucha arcoiris, iniciada industrialmente en 1874, alcanzó en 2012 un volumen de producción mundial de 900.000 toneladas, con un valor de producción estimado de 4.500 millones de euros y operaciones de acuicultura en 63 países.
Se trata de un paso importante en la mejora de algunos aspectos de la producción animal de esta especie, como la resistencia a ciertas enfermedades, la selección de estirpes con mayor potencial de crecimiento o más adaptables al cultivo en agua de mar. La prevalencia de algunos virus que afectan al cultivo del salmón ha hecho del cultivo en jaulas marinas de la trucha arcoiris, naturalmente resistente, una alternativa viable para la producción de ahumados a partir de tallas superiores a los 3 Kg de peso.
Además, este importante hito nos ayuda a entender la evolución de esta especie. El éxito de este teleósteo puede tener relación con la duplicación del genoma que experimentó hace aproximadamente 100 millones de años. La trucha arcoiris, al contrario que la mayoría de los vertebrados, incluidos los humanos, en los que este evento de duplicación tuvo lugar mucho antes, parece haber retenido una gran parte de los genes duplicados. Especialmente los relacionados con el control de la expresión génica, lo que guardaría relación con su gran adaptabilidad a diferentes temperaturas, climas y calidades de agua a lo largo y ancho de todo el planeta.